La vida duele, la vida es dura, la vida NO es fácil.
Vivir NO es sencillo, vivir es para valientes.
Levantarse todos los días a trabajar, a estudiar, a realizar los quehaceres, cumplir con las obligaciones, ya sean académicas, profesionales o personales.
La vida CANSA, la vida FATIGA el alma; y es en ese cansancio, en ese HARTAZGO, que podemos ceder a la seducción de rendirnos, y darnos por vencido.
Probablemente te encuentras o te has encontrado alguna vez
· Cansado de vivir, cansado de insistir, cansado de tratarlo una y otra vez
· Cansado de comenzar algo y dejarlo a mitad
· Cansado de esperar a que las cosas cambien, a que las cosas mejoren en tu casa, en tu familia, en tu trabajo; pero mientras esperas, el tiempo pasa y no se detiene,
· Cansado de las decisiones que has tomado hasta ahora, y reconocer, mi hermano, que son ellas las que te tienen en el lugar donde estás ahora mismo
· Cansado de ver como otros alcanzan sus sueños, y tú, ya ni siquiera recuerdas si alguna vez en tu vida tuviste sueños
· Probablemente estás hastiado de sufrir, de estar enfermo, cansado de la religión, hastiado del legalismo, cansado de todo, hasta de Dios, de la iglesia, de los pastores, de todo el mundo, hasta de ti mismo.
Si ese es el caso, tengo noticias para ti: El cansancio del alma viene en el paquete de ser seres humanos. Ese cansancio es parte de nuestras vidas; y en algún momento, todos lo hemos vivido o lo vamos a vivir. Nadie está exento de padecerlo, ni los más fuertes, ni los más débiles. Si eres un ser humano, vas a experimentar ese cansancio del alma en alguna ocasión en tu vida.
Tú decides hasta cuándo vas a vivir cansado, fatigado del alma.
!Recuerda que Dios quiere que vivas una vida mejor, aquí y ahora!